(¿Te preguntas qué pinta una foto de herramientas manuales en un post sobre identidad digital? Tendrás que seguir leyendo si quieres averiguarlo)

Ultimamente y por razones que no vienen al caso, he tenido que tratar con varios abogados y notarios. Y me he quedado sorprendido: ninguno de ellos se había preocupado de tener una presencia mínimamente gestionada en internet. De cultivar su identidad digital o su marca personal.

Es curioso, porque lo primero que he hecho yo para localizar a un abogado o notario –y supongo que como yo, la mayoría de la gente– es buscarlo en Google. Como no he encontrado nada o casi nada, el siguiente paso ha sido recurrir a las recomendaciones de amigos y conocidos, que es lo que se hacía antes. Un proceso lento, aburrido y poco eficaz.

Así que me he quedado pensando que a todos estos amigos letrados (y letradas, ojo) les debe ir muy bien, porque se permiten el lujo de perder un montón de oportunidades… y poner en riesgo su reputación.

Me explico.

Hoy en día ya no funcionan las páginas amarillas. O al menos no como antes, que eran un directorio único en el que aparecía todo aquel que tenía un teléfono. Y si se quería destacar, con una pequeña inversión se ponía un anuncio más grande.

 

Google ha venido a sustituir a las páginas amarillas

Pero si queremos que Google nos encuentre, tenemos que decirle que estamos aquí. Que somos muy buenos, más que la competencia. Que nos merecemos estar en la primera página. Para que nuestros clientes puedan encontrarnos fácilmente, claro que si.

Eso por una parte.

Por la otra, tenemos que defendernos. ¿De quién? De nuestra competencia. De oponentes rencorosos. De clientes insatisfechos. Cualquiera de ellos puede atacar nuestra imagen publicando comentarios negativos en blogs y redes sociales. Tenemos que defender nuestra reputación online

Si, de acuerdo, existe el derecho al olvido en internet. Un proceso lento y pesado. Y mientras tanto, nuestra reputación por los suelos.

 

¿Qué haría yo si fuera un abogado?

Empezaría por crearme una identidad digital, una marca personal como abogado. ¿Y cómo se hace eso?

Primero lo más sencillo: busca en internet lo que hacen tus colegasBusca otra vez, en otro sitio, en otra ciudad. Hasta que encuentres alguien que te gusta como lo ha hecho. O mejor aún, decidas lo que quieres uniendo un poco de uno y otro poco de otro. Así te harás una idea de lo que quieres conseguir.

Luego búscate tú mismo en Google: Juan Pérez abogado Cuenca.

A ver qué sale. Seguramente una foto de aquella vez que saliste en el periódico, una multa de tráfico y unas cuantas menciones en directorios como abogacía.es, elabogado.com, el colegio de abogados de tu provincia, etc. Revisa como están tus datos y corrígelos si están mal. Y si puedes, añade una reseña con tus servicios, especialidades, etc.

Ahora vamos un poco más allá, un paso fácil pero de gran eficacia: un perfil bien elaborado en Linked In. Es la red profesional más importante en internet, y sus perfiles y páginas se indexan muy bien en Google, así que merece la pena hacerle un poco de caso.

Hazte una buena foto, que transmita confianza y seguridad. Mirando a la cámara o en actitud de trabajo. Sonriente a ser posible, a nadie le gustan los muermos. Por muy serios que parezcan.

Redacta un extracto corto muy vendedor, en el que se describan (¡brevemente!) tus puntos fuertes.

Escribe una descripción completa de tu trayectoria laboral y formativa. Un currículum, vaya.  Aquí sí que puedes entrar en detalles. No te olvides de ninguna de tus capacidades y habilidades.

Y un poco de networking. O sea, de trabajo en red: busca en Linked In a tus colegas, amigos, clientes, etc. y conecta con ellos. No te cortes, pídeles que validen tus aptitudes. O que te escriban una recomendacion. Este es un trabajo que tendrás que hacer de vez en cuando para mantener tu red al día.

 

Tu despacho en internet

Ahora algo un poco más complejo: tu casa en internet. O tu despacho, si lo prefieres. Un sitio donde explicarle a la gente quién eres y qué haces. En qué eres bueno y cómo lo haces. O sea, una página web.

¿Necesitarás que te ayude un profesional? Si, claro. Yo mismo, sin ir más lejos, me dedico a ello, y soy muy bueno 🙂

Pero si eres un poco mañoso y no tienes presupuesto, hay algunas alternativas con las que puedes salir muy dignamente adelante:

WordPress.com es un sitio gratis donde abrirte una web muy aparente a un coste muy razonable: desde 0 euros. Puedes tener tus páginas de presentación, servicios, contacto… y un blog. Tiene un montón de plantillas personalizables, es fácil de configurar y de mantener, te permite presentarte y crear contenido que demuestre a tus clientes lo que sabes… ¿alguien da más? Pues si, por muy poco dinero  puedes tener además tu propio dominio, del tipo www.juanperezabogado.com.

Si no quieres liarte tanto, pero quieres tener tu propia tarjeta de presentación bien apañadita en internet, puede que te valga con aboutme.com. Se trata de un sitio donde puedes presentarte de una forma muy visual, y poner un pequeño texto de introducción, así como enlaces a tu perfil de LinkedIn y otras redes sociales, un plano de situación de tu despacho, etc. Aquí también puedes asociar tu dominio.

 

¿Qué más tiene que hacer un abogado en internet?

Muchas cosas. Si quieres potenciar tu marca personal, escribe. Escribe mucho y bien, en tu blog y en tus redes sociales. Sobre temas profesionales, claro. Aportando valor, mostrando lo que sabes. Comenta en blogs de otros o en foros legales y en medios de comunicación.

Y si quieres proteger tu reputación online, multiplica tu presencia en redes sociales.

Hazte una página profesional de Facebook. Dile a Google que estás ahí: hazte una página profesional en Google+. Geolocaliza tu despacho con Google MyBusiness. Créate un perfil de SlideShare para compartir tus presentaciones en powerpoint. Un usuario de issuu.com para mostrar tus publicaciones impresas. Un canal de Youtube en el que colgar el vídeo que te grabaron en aquella conferencia. O una serie de vídeos grabados en tu despacho con consejos legales para pymes o comunidades de propietarios.

Lo que sea, pero hazte ver.

Y si todo esto se te hace un mundo, llámame y hablamos, te daré unas cuantas pistas.

Si has llegado hasta aquí es que te ha gustado este artículo, así que… ¿por qué no lo compartes en tus redes sociales?

O mejor aún, envíaselo a ese  amigo abogado al que siempre le dices que debería tener una página web.

Ah si, lo de la foto… Bueno, venía a cuento porque hemos hablado de herramientas y tal, aunque sean digitales. Y de que esto de la marca personal es algo que hay que hacer de forma muy artesanal. Pero bueno, la he puesto sobre todo porque me ha gustado, es una buena foto, ¿que no? La he encontrado en unsplash.com, una web con fotos increíbles, libres derechos para uso comercial.

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